La visualización es una herramienta importante tanto para el arquitecto como para el ingeniero. Las impresionantes visualizaciones arquitectónicas de un edificio o estructura pueden ayudar a dar vida al proyecto para los clientes, tanto durante la fase de diseño como antes de adjudicar un contrato. También ofrece ventajas durante la fase de diseño, cuando se pueden ver fácilmente las repercusiones de la elección de materiales y componentes y, por tanto, abordar pronto cualquier problema, por ejemplo. Disponer de potentes herramientas de visualización es, por tanto, muy beneficioso para arquitectos e ingenieros, por lo que estas funciones se han mejorado continuamente.
Ventajas de la visualización de proyectos
En esencia, la visualización mejora la comunicación al aportar claridad al proyecto: todo el mundo puede ver el resultado final. Una visualización realista puede ayudar a los clientes a imaginar el aspecto que tendrá la estructura terminada, así como el aspecto que tendrá el espacio. Poder explicar la intención del diseño con tanta claridad puede ser una gran ventaja a la hora de licitar un trabajo, ya que facilita que los clientes vean lo que obtendrán con su inversión.
Otra ventaja de la visualización es que facilita la identificación y el debate de los problemas. Para muchas partes interesadas, es mucho más claro y fácil entender una visualización en 3D que intentar imaginar el artículo terminado a partir de un dibujo lineal en 2D. Durante el diseño, es fácil probar distintas opciones (como materiales y componentes, aperturas de puertas y ventanas, o incluso combinaciones de colores y otros detalles) antes de tomar una decisión y finalizarla. Con visualizaciones de alta calidad, estas decisiones pueden modificarse antes de que se instalen in situ, lo que puede resultar costoso de cambiar en esta fase tardía.
Del mismo modo, también es beneficioso poder visualizar el diseño acabado dentro de su entorno. Se pueden importar levantamientos topográficos y nubes de puntos y crear un modelo del terreno que sirva para ver cómo encaja la estructura en la obra. Incluso pueden simularse y comprobarse las condiciones de iluminación. De este modo, el arquitecto o ingeniero puede hacer los cambios necesarios antes de que el proyecto esté construido y sea imposible moverlo.
Por último, también es posible utilizar herramientas para crear fotos en 3D o incluso imágenes de realidad virtual que proporcionen una experiencia inmersiva. Estas herramientas simularán el entorno en 3D, lo que permitirá a los interesados hacerse una idea del tamaño y la distribución de las habitaciones y hacer los cambios necesarios desde el principio.
