Copenhague persigue objetivos ambiciosos. Para el año 2025, la capital danesa quiere ser la primera metrópolis del mundo neutra en emisiones de CO2. Ya hoy se la considera un campo experimental para el desarrollo urbano sostenible. En este artículo le presentamos los conceptos pioneros de la ciudad del Öresund.
Edificio neutro para el clima en Copenhague
Con la inauguración del «Faro Verde», Copenhague hizo una declaración arquitectónica en términos de neutralidad climática en 2009. El concepto de energía sostenible del edificio universitario neutro en emisiones de CO2 se basa principalmente en el aprovechamiento de la luz diurna. El tejado, como quinta fachada, tiene un ángulo de inclinación plano. Cuando el sol está en su punto más alto, deja pasar una intensa luz solar al interior y absorbe el calor.
Además, el concepto contiene una combinación de calefacción urbana, células solares, calefacción solar, refrigeración solar y almacenamiento estacional de energía. De este modo, el Faro Verde consume hasta un 75% menos de energía que los edificios convencionales. Otro objetivo de Copenhague es la renovación básica de los edificios antiguos para hacerlos más eficientes energéticamente. Según el Gobierno, puede ahorrarse así un tercio del consumo total de energía de la ciudad.
Cultura de la bicicleta y electromovilidad
La bicicleta es el principal medio de transporte en Copenhague. En una ruta ciclista de 390 km, alrededor del 35% de los residentes se desplazan de A a B. El número de bicicletas supera ya al de usuarios de automóviles. Las vías rápidas para bicicletas, de color azul y con un revestimiento especial, cuentan con indicadores de velocidad y estaciones de reparación de bricolaje. Una conmutación especial de los semáforos garantiza a los ciclistas un viaje despejado a una velocidad constante de 20 km/h con una onda verde continua, sin tener que esperar mucho tiempo.
Sin embargo, quienes no puedan prescindir de la cómoda versión de cuatro ruedas, pueden recurrir a una de las muchas ofertas de coche compartido o invertir en electromovilidad. Copenhague cuenta con una excelente infraestructura para la conducción alternativa y estaciones de recarga gratuitas.
Nadar en el agua del puerto
Otro logro del desarrollo urbano sostenible de Copenhague puede medirse en la calidad del agua. La industria desapareció del centro de la ciudad cuando la empresa de construcción naval y de maquinaria B&W cerró en 1995. Hoy, la cuenca del puerto está tan limpia que en muchos lugares hay zonas de baño de libre acceso. Prueba de la excelente calidad del agua es también una piscifactoría situada en el barrio de Langebro, donde se crían mejillones.
Esquí en la incineradora municipal
Dinamarca tiene uno de los conceptos más innovadores de eliminación de residuos. Su reciclado térmico de residuos se basa en el sistema de quemar los residuos domésticos y convertirlos en calor y electricidad. Pero los sistemas de incineración de residuos adolecen de un problema de imagen debido a su arquitectura industrial en forma de chimeneas humeantes. Con el nuevo sistema «Amager Bakke», según un diseño del arquitecto estrella Bjarke Ingels, esto va a cambiar y se van a establecer nuevos estándares en cuanto a tecnología y diseño. El edificio de las afueras de Copenhague no sólo sirve para incinerar residuos, sino que al mismo tiempo es un punto de referencia, una pista de esquí, un proveedor de energía y un monumento conmemorativo de la emisión de CO2.
Ingels trató en detalle el uso multifuncional del edificio y el debate social sobre la política climática. Con una altura de 100 metros, Amager Bakke es un hito arquitectónico que ofrecerá a los visitantes una vista de 360 grados de Copenhague desde un restaurante panorámico. El tejado de la instalación se convertirá en invierno en una pista de esquí con distintos grados de dificultad. Está previsto que Amager Bakke esté terminado este año. Con una arquitectura innovadora como ésta, el ocio y los beneficios industriales-energéticos se combinan entre sí de forma inteligente.
Los espacios verdes en la lucha contra el cambio climático
Muchas zonas de Copenhague están inundadas debido al cambio climático, que contribuye a las fuertes lluvias. Los costes de las labores de limpieza ascienden ya a millones de euros. Por eso la ciudad decidió combinar soluciones para reducir el riesgo de inundaciones con la revalorización del espacio público. Lo consiguieron procurando espacios verdes y reduciendo al mínimo las superficies selladas. Así, por ejemplo, el parque «Tåsinge Plads» cuenta con una cuenca de infiltración baja y plantada, que recoge el drenaje de la lluvia, que a su vez sirve para regar el parque durante los periodos secos.
Urbanismo sostenible: Inspiración para el norte de Europa
Todos estos ejemplos demuestran que la planificación urbana sostenible puede realizarse con éxito con creatividad y compromiso. Ciudades septentrionales como Copenhague o Malmö, en particular, están dando buenos ejemplos en este sentido. Sirven de fuente de inspiración para urbanistas, ingenieros y arquitectos de todo el mundo.